Ya se dijo que una de las características de la crónica deportiva 3.0 era la interactividad. A través de Twitter el cronista puede interactuar con los lectores antes, durante y después del acontecimiento deportivo que debe narrar. Pero no solo interactúa con los lectores, también con sus compañeros de profesión -que pueden estar narrando el mismo acontecimiento o no- y con organismos/deportistas profesionales.
Veamos el caso de Juan José Mateo, cronista deportivo de El País (Tenis):
TRES NIVELES DE INTERACTIVIDAD:
1. LECTORES:
@xtianp87fmif Le resuelve una duda: por qué no está jugando David Ferrer.
@ChristiandAngel Le resuelve otra duda: cómo solicitar una acreditación y cómo concertar una entrevista.
@gandaines Contraargumenta un comentario: que no salió la bola.
@xaalmol Emoticono de sonrisa por este comentario
2. COMPAÑEROS:
Narrando el mismo acontecimiento
3. ORGANISMO/DEPORTISTAS PROFESIONALES:
Las posibilidades de interactividad que ofrece Twitter al cronista deportivo, como vemos, revientan la unidireccionalidad característica del periodismo impreso. Esta herramienta, incluso, permite al cronista rebatir en tiempo real y desde el lugar donde ocurre el acontecimiento deportivo, la opinión de un compañero de profesión que discrepa de la que ha realizado previamente Juan José Mateo.
Y también permite, a través del retuit, informar de una noticia (la baja de Ferrer) utilizando la cuenta de Twitter oficial del torneo, la Copa Davis, que, a su vez, ha utilizado dos etiquetas con el nombre de los tenistas españoles implicados (#Ferrer y #Verdasco). Éste sistema de etiquetas abre nuevas puertas de interactividad más allá del TL rompiendo y transformando así el paradigma clásico de la comunicación cerrada y de masas en una red de comunicaciones tan abierta que ofrece infinitas posibilidades de interacción.